Vol. 4 Núm. 19 (2014): Bienestar, automóvil y motorización
El acceso al automóvil ha sido tradicionalmente visto como un elemento de mayor bienestar general de la sociedad, por su capacidad de incrementar la movilidad de los individuos y la mejoría de la accesibilidad a los territorios. Sobre esta idea base se ha producido una amplia expansión de la capacidad infraestructural instalada, de los servicios públicos y de los medios privados. Sin embargo, el incremento de las posibilidades ciudadanas de movimiento y accesibilidad ha tenido repercusiones negativas sobre el entorno social y ambiental de los ciudadanos que pueden concretarse por un lado en la adaptación de la estructura urbana a unos flujos de tráfico cada vez mayores y por otro a la extensión espacial de las aglomeraciones y la periurbanización, afectando a las propias funciones urbanas y no urbanas, que terminan por confundirse en un espacio mucho más amplio. También el triunfo del automóvil ha conducido a la generación de externalidades negativas asociadas a los impactos producidos por las infraestructuras y automóviles sobre el medioambiente (ocupación de suelo, separación física del territorio, contaminación, accidentes…). El éxito social del automóvil ha terminado volviéndose contra la propia sociedad, al elevar la congestión en las ciudades e incrementar las emisiones de gases de efecto invernadero. El sector enfrenta esta situación, actuando desde la I+D. Un campo muy activo trata de cambiar la trayectoria tecnológica seguida con los motores.