Cautivos en Babylon para siempre. Un análisis de Carnivàle
Palabras clave:
Carnivàle, Babylon, FilmResumen
Los pocos afortunados que pudieron ver completa The Magnificent Ambersons (1942), la obra maestra mutilada de Orson Welles, aseguraban que esta película superaba con creces su film de referencia, el Ciudadano Kane (1941). Lo que nos queda hoy de esa hermosa película, aun con ser grandioso, no deja de ser un producto incompleto al que falta la mitad de su metraje original y que contiene un final precipitado. Digamos ahora que las dos temporadas de la serie Carnivale (HBO, 2003-2005) son como la The Magnificent Ambersons de la televisión moderna: la obra maestra incompleta que nunca veremos concluir. La Atlántida sumergida de la imaginación de un puñado de talentos en estado de gracia (directores, escritores, iluminadores, actores, músicos...) que se congregaron en Carnivàle para ofrecernos una de las obras maestras incontestables de la televisión mundial, y quizá la menos conocida. Como el fantasma de Dora MaeDreifuss, los devotos de esta serie hemos quedado cautivos en el pueblo espectral de Babylon para siempre.
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