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Factores determinantes de la localización del sector eléctrico-electrónico en México
Determinants of the location of electrical-electronic sector in Mexico
Nóesis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, vol. 26, núm. 51, pp. 20-44, 2017
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez


Recepción: 10deDiciembre de2015

Aprobación: 07032016

DOI: https://doi.org/http://dx.doi.org/10.20983/noesis.2017.1.2

Resumen: Este estudio identificó los factores determinantes de la localización del sector eléctrico-electrónico en México, bajo la premisa de que elegir la mejor localización le permite a las empresas ser más competitivas. Para ello se calcularon 16 variables a partir de la información oficial disponible, asimismo, se emplearon los métodos de análisis de componentes principales y regresión lineal para el procesamiento de los datos. En general, la mano de obra ofrece la mayor capacidad explicativa para la localización del sector eléctrico-electrónico en México. En contraste, los servicios especializados no afectan significativamente la elección del lugar.

Palabras clave: Localización, factores de localización, condiciones de localización, sector eléctrico-electrónico, México.

Abstract: This study will identify the determinants of the location of electrical-electronic sector in Mexico, under the premise that choosing the best location allows companies to be more competitive. For this 16 variables were calculated using official information available also the methods of principal component analysis and linear regression for data processing were used. Overall, the workforce offers the greatest explanatory power for the location of electric-electronic sector in Mexico. In contrast, specialized services not significantly affect the choice of location.

Keywords: location, location factors, localization conditions, electric-electronic sector, Mexico.

Introducción

Elegir la mejor localización le permite a las empresas ser más competitivas a través del aprovechamiento de las particularidades únicas del lugar seleccionado, por ejemplo, los recursos naturales disponibles, la cercanía con los mercados, la infraestructura de transportación, la cultura de la sociedad, la calidad de vida, el tamaño de la población, los salarios mínimos, las habilidades de los trabajadores, los gustos de los consumidores, la actitud de los gobiernos, los índices de delincuencia, entre otros (Casado-Izaga, 2000; McCann y Shefer, 2004; Rabianski, 2007; Galbraith, Rodriguez y DeNoble, 2008; Dunning, 2009; Sargent y Matthews, 2009; Kuo y Fang, 2009; Méjean y Patureau, 2010; Arauzo-Carod, 2013; Holl, 2013; Ramos y Ashby, 2013).

Estas características únicas de cada región son catalogadas como condiciones de localización y producen un impacto directo en la rentabilidad industrial (Nishioka y Krumme, 1973; Holl, 2004hh; Tahir y Larimo, 2004). Los gobiernos están constantemente presionados en ofrecer las mejores políticas de inversión empresarial en aras de capitalizar las capacidades distintivas de sus respectivos territorios y, con esto, poder ofrecer una mejor calidad de vida a sus gobernados (Porter, 1999; Méjean y Patureau, 2010).

Por tanto, el objetivo de este estudio fue identificar los factores determinantes de la localización del sector eléctrico-electrónico (SEE) en México. Para ello se calcularon 16 variables a partir de la información oficial disponible del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), asimismo, se emplearon los métodos de análisis de componentes principales (ACP) y regresión lineal para el procesamiento de los datos. El trabajo inicia con una revisión de las teorías de localización, en el segundo epígrafe se contemplan las condiciones de localización. En el epígrafe tercero, se describe la metodología utilizada. Posteriormente se detallan los resultados obtenidos y, por último, se resumen las conclusiones más relevantes.

1. Teorías de localización

Las teorías de localización son los estudios encaminados a determinar el mejor lugar donde las empresas pueden establecerse, se busca dar respuesta a la pregunta: ¿Por qué la empresa decide instalarse en cierto lugar? Probablemente, la gran relevancia de este cuestionamiento radique en la importancia estratégica de la selección del lugar y a la imposibilidad práctica de resarcir una decisión de localización incorrecta (Karande y Lombard, 2005; García y Muñoz, 2009).

El estudio formal de la localización inició con el trabajo de Von Thünen (1826) quien elaboró el primer modelo de localización al plantear la pregunta ¿Por qué todos los productos manufacturados se elaboran en un solo pueblo del estado aislado? Se basó principalmente en el sector agrícola para contestar esta pregunta. Explicó que la localización ideal está relacionada con la renta económica de la tierra que se quiere maximizar, que corresponde a la diferencia positiva entre beneficios y costos. Es decir, si dos granjeros venden el mismo producto al mismo precio, el granjero que se encuentre más cerca de la ciudad tendrá mejores beneficios al vender más producto, los cuales podría reinvertir en semillas, maquinaria, mano de obra, etc. (Mills, 1988). En consecuencia, los clientes preferirán comprar los productos que se encuentren más cercanos a ellos, por tanto, la renta económica del granjero disminuirá en la medida que se aleje de sus clientes. La disminución del beneficio del granjero es a consecuencia del incremento de los costos de transporte de sus clientes (Ramírez y Hauser, 1996).

El trabajo de Von Thünen (1826) asentó las bases de la concentración espacial de la actividad, al conceptualizar dos tipos de fuerzas: centrípetas y centrífugas (Callejón, 2003; Trullén y Callejón, 2008). Las fuerzas centrípetas son las impulsoras de promover la aglomeración, por ejemplo el mercado laboral especializado, la complementariedad del mercado, la transferencia tecnológica y de conocimiento, las redes de transporte, las economías de escala, la infraestructura educativa, el menor costo de vida, etc. En cambio, las fuerzas centrífugas son las que repelen a las industrias, muestra de ellas pueden ser los altos costos de vida, la descentralización del gobierno, la excesiva competitividad, la mayor contaminación, las deseconomías externas, entre otras (Mendoza-Cota y Pérez-Cruz, 2007).

En este orden de ideas, Fujita (2012) menciona que el estudio de Von Thünen (1826) fue increíblemente avanzado para su época porque anticipó la teoría de la aglomeración industrial de Marshall-Weber, la teoría del sistema central de Christaller-Lösch y el desarrollo de la nueva geografía económica. Además, Fujita y Krugman (1995) unificaron el trabajo de Von Thünen (1826) y Chamberlin (1933) para desarrollar un modelo donde una gran variedad de bienes manufacturaros son elaborados en una ciudad.

No obstante, una limitación importante del modelo de Von Thünen (1826) es la no consideración de las alternativas de localización cercanas geográficamente al estado aislado, restringiendo la aplicabilidad del modelo. En este caso, el estudio desarrollado por Blanc-Brude, Cookson, Piesse y Strange (2014) concluyó que la capacidad de atracción no depende únicamente de los atributos de una localidad en particular, también influyen las características de las áreas físicamente próximas a la ubicación.

Por otro lado, Launhardt (1885) llevó el modelo de Von Thünen (1826) al sector industrial bajo el enfoque del costo mínimo, explicó que la localización está influenciada principalmente por los costos de transporte, que a su vez están afectados por los materiales, mercados y centros de producción. Duch (2005) señaló que la premisa de este enfoque consistió en que una empresa conoce relativamente bien la demanda de sus bienes y los costos al ubicarse en determinado lugar, por lo tanto, un tomador de decisiones racional elegiría el lugar que minimice los costos totales.

Los hallazgos de Launhardt (1885) fueron utilizados por Weber (1909) en el desarrollo de su modelo, el cual es uno de los principales sustentos de la teoría de la localización industrial. La premisa del modelo consideró a los costos de transporte, los costos de la mano de obra, y las fuerzas de aglomeración, como los principales factores que influyen en la localización empresarial. Sin embargo, realmente se priorizó a los costos de transporte como la condición de localización de mayor capacidad explicativa en la localización de las empresas (Mills, 1988).

De manera parecida, Hotelling (1929) enfocó su modelo en la competencia espacial al investigar el efecto de la distancia entre los vendedores y los clientes potenciales en la decisión de localización. En la competencia espacial se plantea que existe una interdependencia entre las empresas, la localización de una empresa invariablemente afectará el desempeño de las demás, principalmente en el volumen de ventas al ser competidores potenciales. Dicho de otro modo, la interdependencia locacional contempla la localización como el deseo empresarial de controlar el mayor porcentaje de mercado posible (Duch, 2005; Hernández, 2009).

En cambio, Christaller (1933) explicó las decisiones de localización con la elaboración de su teoría de los lugares centrales (puntos de producción). Esta teoría implementa los modelos hexagonales utilizando los conceptos de valor umbral y de rango. Duch (2005:17) expresó el valor de umbral como el nivel mínimo de demanda que permite cubrir los costos de operación para obtener un beneficio adecuado y el valor de rango como “la máxima extensión espacial de las ventas de determinado bien desde el punto de producción (lugar central)”.

Como se observó, estos primeros estudios fueron muy importantes en la comprensión del problema de localización empresarial y para identificar los factores con mayor capacidad explicativa en la localización, en base a los supuestos planteados en los modelos utilizados. Según esta corriente inicial de pensamiento, los factores más influyentes en la selección del lugar fueron: los costos de transporte de procuración y distribución, el costo de la mano de obra, y los factores de aglomeración y dispersión (Barquette, 2002).

A fin de cuentas, la principal limitación de las primeras teorías de localización son los mismos supuestos en los que se basan sus modelos económicos y que las alejan de la realidad empresarial, por ende, su enfoque práctico en la selección del lugar se encuentra restringido (Bustos, 1993). La búsqueda de la localización óptima o mejor lugar es un pensamiento “romántico” difícil de lograr por el sinfín de variables a considerar. Por lo que, los tomadores de decisiones al momento de elegir la ubicación deben enfocarse en analizar los factores con mayor repercusión en la consecución de los objetivos trazados.

2. Condiciones de localización

La localización industrial constituye un área de oportunidades estratégicas en la obtención de ventajas competitivas clave (García y Muñoz, 2009; Zelbst, Frazier y Sower, 2010). Elegir acertadamente la ubicación, le permite a las empresas mejorar y crear nuevas fortalezas en el corto y largo plazo (Chen, Olhager y Tang, 2014). Por ejemplo, la contemplación de ubicaciones foráneas podría facilitar la consecución de los objetivos estratégicos al aprovechar las particularidades del lugar seleccionado, las cuales hacen referencia a las condiciones de localización distintivas de las diferentes zonas geográficas (Nishioka y Krumme, 1973; Li, Henley, Ansell y Dong, 2011; Gulpinar, Pachamanova y Canakoglu, 2013). El estudio de la capacidad de atracción de estas condiciones es importante porque cada industria se localiza por diferentes circunstancias (Escribá y Murgui, 2008).

Conseguir el mejor conjunto o combinación posible de atributos regionales ayuda a las empresas a potencializar sus fortalezas (Manjón-Antolín y Arauzo-Carod, 2011). En otras palabras, una condición de localización puede considerarse un factor de localización si es significativamente relevante para la puesta en marcha de una estrategia (Li et al., 2011). Prueba de ello, es que la productividad está significativamente relacionada con las características del entorno local, por su relación positiva y significativa con la densidad de la población local y el potencial de mercado (Holl, 2013). La decisión de localización esta correlacionada con la estrategia competitiva de la empresa, la cual debe ser dinámica para responder a los cambios constantes del entorno (Galbraith et al., 2008).

Al respecto, Álvarez (2011) complementa la idea anterior al puntualizar que la diferencia entre condiciones de localización y factores de localización se debe a la importancia específica que le otorguen las empresas individuales a las diferencias existentes en las regiones. Por lo tanto, los factores de localización varían según la empresa (Randhawa y West, 1995). Muestra de esto, es la industria petrolera y minera donde la fuente de los recursos naturales, invariablemente, sería un factor de localización (Sapag y Sapag, 1991).

Identificar las condiciones de localización con mayor capacidad de atracción empresarial es fundamental para los gobiernos por diversas razones, entre ellas, destaca la actualización tecnología de los países receptores de inversión foránea (Álvarez y Marín, 2010). La instalación de nuevas industrias, podría contribuir a las economías externas de la localidad al derramar conocimiento entre los empleados de la población, al promover los tipos de aprendizaje de “aprender haciendo” y “aprender observándolo” (Wei, 2003).

En el mismo sentido, otro punto importante en la administración de los gobiernos es ofrecer una atractiva combinación de los servicios públicos ofrecidos e impuestos cobrados. Si se decide disminuir las obligaciones tributarias para atraer mayor inversión, esto podría repercutir en la prestación de pésimos servicios públicos, lo que seguramente ocasionaría el efecto contrario (Baldwin y Krugman, 2001). A raíz de esta disyuntiva, puede surgir el salvajismo entre los distintos niveles de gobierno cuando la relocalización empresarial suceda dentro de los límites nacionales del mismo país (Manjón-Antolín y Arauzo-Carod, 2011). De esta manera, se dificulta aún más la gestión de nuevas políticas de inversión, las leyes demasiado estrictas serán poco eficientes por la carencia de seguridad jurídica dada (Huifang, 2006; Kang y Lee, 2007).

En consecuencia, la problemática de la localización cosiste en saber conciliar la gran diversidad de condiciones de localización y, por lo tanto, poder identificar y evaluar de manera correcta los factores esenciales de la elección del lugar. Es de esperarse que no todas las particularidades del lugar tengan el mismo peso de importancia al momento de efectuar la decisión. Normalmente, se siguen los siguientes pasos para elegir la localización: 1. Se establecen los objetivos, 2. Se identifican los factores de localización en base a los objetivos trazados, 3. Se asigna un peso representativo de importancia a cada factor, 4. Se elegí el lugar acorde a la puntuación lograda (Mills, 1988). Por lo cual, es necesario hacer un análisis profundo de los pro y contras de las posibles opción de localización (Porter, 1999).

3. Metodología

Esta investigación analizó el SEE en México, con la intención de identificar los factores determinantes en la localización para dicho sector. El estudio se efectuó bajo el método cuantitativo, con un alcance correlacional y un diseño transversal. Se utilizó las estadísticas oficiales disponibles del INEGI (2009, 2010, 2015) como fuente de obtención de datos, y el paquete estadístico Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) versión 21 para el análisis y procesamiento de los mismos.

La Figura 1 esquematiza el proceso de investigación que se siguió para dar cumplimiento al objetivo de este estudio. Se observa en el diseño del trabajo las diferentes fases implementadas, desde la revisión de la literatura empírica inicial hasta los coeficientes deseados para concluir que existe una alta capacidad explicativa de la variable independiente sobre la dependiente.


Figura 1.
Figura 1. Proceso de investigación
Fuente: Elaboración propia.

De esta manera y a partir del estudio realizado por Rubalcaba, Gallego, Gallo y Garrido (2013), se utilizaron como variables dependientes el coeficiente de localización (CL) e índice de concentración (IC) para medir la decisión de localización del SEE en México. Estos dos coeficientes, reflejan de una manera relativamente sencilla la existencia o inexistencia de una concentración industrial regional para un sector específico (Blair, 1995).

Al aplicar los datos oficiales de personal ocupado, se calculó el CL al comparar la estructura regional y nacional, esto al dividir la proporción de la variable estudiada x del sector i en la región j entre la proporción nacional de la variable x del sector i (1).




Fuente: Blair (1995); Rubalcaba et al. (2013)

Si CLij › 1 se interpreta el resultado como la existencia de localización del sector i estudiado en la región j. Entre mayor sea CLij de uno, habrá una mayor concentración del sector. En caso contrario, si CLij ‹ 1 el cálculo apunta a que hay una menor localización del sector i estudiado en la región j. Cuando CLij = 0 significa que la participación regional del sector i es igual a la participación nacional.

Por otro lado, el IC se deduce de una manera muy parecida al CL; aun así, mientras que este último utiliza la concentración nacional, el IC emplea la concentración de la totalidad de la muestra seleccionada para efectuar las comparaciones (2).




Fuente: Blair (1995); Rubalcaba et al. (2013)

En base a los resultados obtenidos por ambos indicadores, se eligieron los 49 municipios más representativos del SEE en México, los cuales obtuvieron un CL superior a 1 y un IC mayor a .200, posteriormente, se procedió a construir la base de datos para realizar las inferencias estadísticas mediante el SPSS. Se calcularon, aparte de las 2 variables dependientes (CL e IC), 14 variables independientes para establecer los factores de localización del SEE en México, las cuales se describen con detalle en el Cuadro 1.


Cuadro 1.
Descripción de variable

* Wij = variable estudiada x en el sector i del municipio j / variable estudiada x en la industria manufacturera del municipio j

Zij = variable estudiada x en el sector i del municipio j / variable estudiada x en el sector i a nivel nacional

** El PIB municipal se determinó de la siguiente manera: (PIB del estado al que pertenece el municipio j / Población total del estado al que pertenece el municipio j) (Población total del municipio j)

Fuente: Elaboración propia a partir de las referencias consultadas.

Cabe señalar que las variables independientes utilizadas no son privativas del SEE, dichas variables son empleadas para el estudio de la inversión extranjera directa (Zhao y Zhu, 2000; Li et al., 2011), la ubicación de diversos tipos de instalaciones de fabricación (Brush et al., 1999; Chen et al., 2014), las estrategias de localización (Burpitt y Rondinelli, 2004; Tahir y Larimo, 2004), por citar algunos ejemplo. También, se optó por calcular las variables específicas de contribuciones de seguridad social y otras prestaciones sociales, por la significativa capacidad explicativa de los salarios cubiertos en la localización empresarial (Hayter, 1997; Galbraith et al., 2008); de manera similar, el potencial de mercado fue determinado a través de una concentración entre el PIB del municipio y el PIB estatal, con el fin de realizar un mejor acercamiento sobre esta variable en los municipios que integraron la base de datos.

Con la totalidad del conjunto de variables desarrolladas, se procedió a depurar los datos mediante un ACP para facilitar la interpretación de los mismos, donde primero se calculó la media de adecuación muestral de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) y la prueba de Bartlett para corroborar la conveniencia de utilizar dicho análisis, simultáneamente se verificaron las extracciones de cada variable independiente y, por último, se realizó la regresión lineal, a través del método pasos sucesivos, con los factores obtenidos en el ACP.

4. Resultados

En los 49 municipios seleccionados se concentró el 18.74% del personal ocupado a nivel nacional. Asimismo, representaron el 86.33% de la mano de obra focalizada directamente al SEE. Además, aglomeraron el 33.31% de la mano de obra de la industria maquiladora y, a su vez, el 14.03% del sector servicios.

En referencia a la localización de los municipios, el 65.30% se ubicaron en los seis estados fronterizos con los EUA, los cuales se desglosaron de la siguiente manera: Baja California (15.63%), Chihuahua (18.75%), Coahuila de Zaragoza (9.38%), Nuevo León (21.88%), Sonora (25%), y Tamaulipas (9.38%). Del mismo modo, es importante resaltar que el 88.24% de las ciudades con un IC superior a 1 se hallaron en las entidades mencionadas.

Estos primeros resultados descriptivos, hicieron alusión a la relativa alta industrialización de las entidades ubicadas en el norte de México, de manera particularidad, en la franja fronteriza con los EUA. Como indicó la literatura empírica, las regiones del centro y sur han sido históricamente las menos favorecidas de la apertura comercial del país (Hanson, 2001; Mendoza y Villeda, 2006; Sargent y Matthews, 2009)

4.1 Análisis de componentes principales

La reducción de la información se realizó mediante un ACP, donde primeramente se determinó la media de adecuación muestra de KMO (.538) y la prueba de Bartlett (.000), en donde, ambos resultados sugirieron la posibilidad de proseguir con el método, como se presenta en el Cuadro 2.


Cuadro 2.
KMO y prueba de Bartlett
Fuente: Elaboración propia a partir de INEGI (2009, 2010, 2015)

Posteriormente, en el Cuadro 3 se ilustra que la extracción de las variables utilizadas se acercó a 1.000, al obtener valores mayores a .500 en todos los casos. Se consideró que las variables introducidas estaban lo suficientemente correlacionadas como para seguir con el análisis.


Cuadro 3
Comunalidades

Método de extracción: ACP.

Fuente: Elaboración propia a partir de INEGI (2009, 2010, 2015)

Luego se realizó el cálculo de la varianza total explicada, en el cual, los primeros 5 factores explicaron más del 80% de la variación, al mismo tiempo, todos ellos con autovalores superiores a 1.000 ( ). Este resultado apuntó a una alta capacidad explicativa del modelo, por lo que, el siguiente paso fue concentrar las variables en alguno de los componentes establecidos.


Cuadro 4.
Varianza total explicada

Método de extracción: ACP.

Fuente: Elaboración propia a partir de INEGI (2009, 2010, 2015)

Se continuó con la elaboración de la matriz de componentes rotados para examinar la carga factorial de las 14 variables introducidas y, en su caso, agruparlas bajo alguno de los 5 componentes ( ). Los componentes resultantes a partir del análisis realizado se etiquetaron como:

1. “mano de obra” se asocia en mayor medida con los beneficios salariales y contribuciones sociales que recibe el personal ocupado del SEE en México, al integrar las variables de remuneraciones (.915), contribuciones de seguridad social (.897), y otras prestaciones sociales (.748). A su vez, hace referencia a los aspectos intangibles de los trabajadores al aglomerar las variables de índice de especialización (.644) y producción bruta (.736). Una de las características más importantes de la mano de obra y decisorias en la selección del lugar son los salarios pagados a los trabajadores, un bajo salario regional podría ser un fuerte incentivo económico en la ubicación de la planta por brindar un mayor margen de competitividad (Tahir y Larimo, 2004; Hess y Prasad, 2007; Villalobos y Ahumada, 2008; Méjean y Patureau, 2010).

2. “servicios especializados” son las diversas actividades operativas de apoyo esenciales en el área administrativa o directamente en la fabricación de los productos, al agrupar las variables de empleabilidad (.768) y personal ocupado en el sector servicios (.955), hace alusión a la causa de “proveedores especializados” listada por Marshall (1920) para explicar la aglomeración empresarial. Le permiten a las empresas lograr economías de aglomeración que repercuten en la mejora de los procesos internos (reducción de costos) y, por tanto, la consecución de ventajas competitivas (Porter, 1999).

3. “calidad” se relaciona con el nivel de desempeño de los trabajadores, se generó al integrar las variables de educación (.756) y productividad (.651). Cuando el personal ocupado disponible de cierta región se amplía y el número de empresas se incrementa, el empleado promedio dispone de más opciones para encontrar a la empresa que mejor empate con su nivel de calidad o habilidad (Duranton y Puga, 2003). En otras palabras, es más sencillo que el trabajador se empareje en ciudades grandes (efecto de urbanización) o en ciudades donde exista una alta concentración de un sector industrial en particular (efecto de localización) (Manrique, 2006).

4. “economías externas” se originó al agrupar las variables de densidad de población (.594) y economías de urbanización (.900), representa la disminución de los costos unitarios a raíz del crecimiento de un sector industrial, sin la necesidad de un crecimiento propio de las empresas (Marshall, 1920; Broadberry y Marrison, 2002). Son las que cabría esperar de los municipios con elevados índices de densidad poblacional (Rubalcaba et al., 2013). Los beneficios de la aglomeración empresarial pueden representarse de diversas maneras, por ejemplo con la apertura de parques industriales que faciliten la instalación de la empresa foránea (Devereux, Griffith y Simpson, 2007; Trullén y Callejón, 2008).

5. “potencial de mercado” fue el resultado de integrar las variables de importancia relativa (.856) y PIB (.787), hace hincapié en la capacidad de atracción empresarial de las regiones que dispongan de un mercado creciente de consumidores potenciales y con un significativo poder adquisitivo (Cheng y Stough, 2006; Li et al., 2011). Se puede citar como, la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aumentó el atractivo de la frontera norte de México al crear un mercado de aproximadamente 400 millones de consumidores (Peña, 2005).


Cuadro 5
Matriz de componentes rotados

Método de extracción: ACP.

Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser.

a. La rotación ha convergido en 6 iteraciones.

Fuente: Elaboración propia a partir de INEGI (2009, 2010, 2015)

No obstante, la variable “personal ocupado en la industria manufacturera” no logró ser agrupada en ningún componente al no obtener una carga factorial mínima de .500, por tanto, tuvo que ser excluida del análisis. De esta manera, concluye la presente sección y se continúa con la regresión lineal del SEE de México en base a los resultados obtenidos del ACP.

4.2 Regresión Lineal

El análisis prosiguió con la regresión lineal para determinar la influencia de la mano de obra, servicios especializados, calidad, economías externas, y potencial de mercado, sobre las 2 variables dependientes: CL e IC. Después de tratar las colinealidades mediante el método pasos sucesivos, el modelo se conformó por dos factores: mano de obra y servicios especializados. Como se observa en el Cuadro 6, la variación del CL e IC fue explicada en un 58.50% (R2 corregida) por el modelo, es decir, se aportó buena parte de la interpretación del comportamiento para ambas variables dependientes (Chin, 1998).


Cuadro 6
Regresión lineal del modelo

* p < 0.05; ** p < 0.01; *** p < 0.001

Fuente: Elaboración propia a partir de INEGI (2009, 2010, 2015)

Por último, la variable independiente de servicios especializados presentó una baja capacidad explicativa del 4.50% (R2 corregida) sobre la variación del CL e IC, complementada con una escasa significatividad ( Ver Cuadro 8). Este resultado difiere con el obtenido en la mano de obra, se podría interpretar que las empresas se valen más de los servicios especializados ofrecidos en regiones distintas a donde se encuentran ubicadas.


Cuadro 8
Regresión lineal: servicios especializados

* p < 0.05; ** p < 0.01; *** p < 0.001

Fuente: Elaboración propia a partir de INEGI (2009, 2010, 2015)

Conclusiones

Este estudio analizó los factores determinantes de la localización del SEE en México, en general, la mano de obra ofrece la mayor capacidad explicativa en la elección del lugar. En contraste, los servicios especializados no afectan significativamente dicha elección. La obtención de estos resultados, podrían facilitar la gestión o justificación de una política económica responsable encaminada hacia el desarrollo competitivo del país (Burpitt y Rondinelli, 2004; Cheng y Stough, 2006; Rubalcaba et al., 2013).

En consecuencia, los relativos bajos salarios pagados a los trabajadores en comparación con los EUA y la cercanía geográfica con el mismo, han sido un fuerte incentivo económico en la selección del lugar (Tahir y Larimo, 2004; Hess y Prasad, 2007; Villalobos y Ahumada, 2008). Sin embargo, la capacidad de atracción de estas ventajas comparativas de México ha disminuido, algunas razones pueden ser el clima político, la dependencia extrema con los EUA, y los índices elevados de criminalidad del país (Díaz-Bautista, 2003; Carrillo, 2007; Ramos y Ashby, 2013). Además, la competencia directa con la industria maquiladora de China ha representado una amenaza creciente para el mercado exportador nacional (Weiler y Zerlentes, 2003; Gallagher, Moreno-Brid y Porzecanski; 2008).

No obstante, tener un salario superior al promedio puede ser un factor de atracción por su relación cercana con las destrezas esperadas en los trabajadores, una mayor remuneración económica equivale a una mayor habilidad o calidad en los empleados (Burpitt y Rondinelli, 2004; Cheng y Stough, 2006). Por otro lado, una política de salarios mínimos elevados podría reducir el atractivo de las opciones de localización al dificultad la obtención del máximo beneficio o rentabilidad empresarial (Holl, 2004; Méjean y Patureau, 2010). Por lo cual, las empresas enfrentan un reto constante en lograr la armonía entre las destrezas requeridas en los trabajadores y los salarios pagados a estos y, por consiguiente, ser más eficientes en la administración de sus recursos (Randhawa y West, 1995; Arauzo-Carod, 2013).

Por lo anterior, una futura línea de investigación sería comprobar la capacidad de atracción de los aspectos cualitativos de los factores de localización del SEE en México. La conciliación de las dimensiones cuantitativas y cualitativas representa un gran desafío para las empresas, por la dificultad de cuantificar en términos monetarios las características intangibles inherentes a los aspectos relevantes de la localización (Hayter, 1997).

Finalmente, con respecto a las limitaciones del estudio es necesario señalar que las 16 variables utilizadas se calcularon a partir de la información secundaria disponible del INEGI. Asimismo, se emplearon los métodos de análisis de componentes principales y regresión lineal para el procesamiento de los datos. De ahí que, en esta investigación se buscó que los métodos se complementaran entre sí para contrarrestar las restricciones y, por ende, ofrecer mejores resultados.

Referencias

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Notas de autor

1 Grado: Doctor

Área de especialización: Administración

Nacionalidad: Mexicana

Adscripción: Universidad Autónoma de Tamaulipas - Facultad de Comercio y Administración Victoria

Correo electrónico: ajflores@docentes.uat.edu.mx

2 Grado: Doctor

Área de especialización: Administración estratégica

Nacionalidad: Mexicana

Adscripción: Universidad Autónoma de Tamaulipas - Facultad de Comercio y Administración Victoria

Correo electrónico: ahmaritza@uat.edu.mx

3 Grado: Doctor

Área de especialización: Desarrollo Económico

Nacionalidad: Mexicana

Adscripción: Universidad Autónoma de Tamaulipas - Facultad de Comercio y Administración Victoria

Correo electrónico: ffernandez@uat.edu.mx

ajflores@docentes.uat.edu.mx



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