INTRODUCCIÓN

La diversidad geográfica que existe en el estado de Chihuahua es inmensa; si se considera su suelo, flora y fauna, clima, hidrología, geología, agricultura y fisiografía,^[2] se encuentra una amplia variedad de elementos que coexisten en un equilibrio brillante. Aventurándose a la búsqueda de complejidad, como lo mencionan Reyes Gómez y Núñez López dentro del libro La biodiversidad de Chihuahua: Estudio del Estado (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad [Conabio], 2014), las características distintivas de la geografía general del paisaje de Chihuahua describen formas y particularidades físicas del estado como montañas, lomeríos, valles y dunas, entre otros. La fusión de la complejidad proporciona naturalmente bosques, selvas, matorrales y pastizales, donde el desierto es una región clave e importante en el contexto estructural. Este desierto del estado se ubica en la región norte, donde las sierras de la Cordillera Madre Occidental y Cordillera Madre Oriental se mezclan en las llanuras de la frontera de México con Estados Unidos de América (EUA), formando una extensión territorial desértica de 630,000 kilómetros cuadrados, esto de acuerdo con la World Wide Fund^[3] (WWF). Su clima es extremoso debido a la variación de latitud y se le clasifica como muy seco.

Debido a sus peculiaridades, el desierto presenta una atracción hacia ciertas actividades, mismas que han sobresalido en la última década y han sido un foco de atención, como son las relacionadas con los deportes de riesgo. Estos también son conocidos como deportes extremos, pues según Arias y otros (2013) se denomina así a aquellos deportes o actividades de ocio que presentan un peligro real o aparente. Estos deportes son realizados en difíciles o extremas condiciones y algunos de ellos son el paracaidismo, bicicleta de montaña, snowboarding y sandboarding.^[4] Uno de ellos, considerado como básico y que forma parte del deporte de riesgo, son las carreras de off-road (en español, fuera del camino) en su versión de cuatrimotos, motocicletas de cross^[5] y automóviles todo terreno. Por su definición en Dictionary “it is designed, built, or used for traveling off public roads, especially on unpaved roads, trails, beaches, or rough terrain”^[6] (2019), lo que se puede traducir como algo que está diseñado, construido o utilizado para viajar fuera de carreteras públicas, especialmente en caminos no pavimentados, senderos, playas o terrenos difíciles.

Por ende, las carreras de off-road son aquellas donde compiten diversos tipos de vehículos en terrenos complejos, como arena, grava o barro, agua, nieve o hielo, buscando superar dificultades de terreno y donde el factor principal es la velocidad. Existen diversas ligas, principalmente en EUA, Nueva Zelanda y Australia, cuyo primordial foco de atención es México, en su desierto extenso de la zona norte del país y que incluye los estados de Chihuahua, Sonora y Baja California.

Fotografía 1.
Dunas de Samalayuca, Kilómetro 167.2, carretera Juárez-Chihuahua
Fuente: Galería personal de Melissa Galindo (2020). Ciudad Juárez, Chih. (galindomelissa@hotmail.com)

BREVE HISTORIA DE LAS CARRERAS DEOFF-ROAD

Estados Unidos es uno de los países pioneros y vanguardistas en cuanto al significado de carreras fuera del camino se refiere. Fue a medidos de 1950 cuando un norteamericano llamado Ed Pearlman, retirado del ejército, inició su aventura en busca de ocio y descanso en territorio mexicano. Ed realizó un viaje explorando el desierto de Baja California, en donde empezó a correr por entretenimiento. Finalmente, en 1966 Ed Pearlman, junto con Don Francisco, un amante de las carreras todo terreno y visionario de los deportes motorizados, fundó la National Off-Road Racing Association (NORRA) o Asociación Nacional de Carreras de Off-Road (Norra), apoyada financieramente por Brian Chuchua (Norra, 2009-2022). Esto indicó el nacimiento de actividades fuera del camino para amantes de vehículos todo terreno, especialmente de motocicletas y automóviles “alterados” para ser utilizados con ese fin. Tales actividades se estuvieron realizando tanto en México como en EUA.

Al mismo tiempo, Bud Ekins, un corredor de motocicletas de Los Ángeles, California, en EUA, se atrevió a realizar la travesía Ensenada-La Paz Baja California, México, por el simple gusto por la aventura, por amor a los territorios irregulares para realizar paseos en motocicleta todo terreno. Ekins encontró dificultades por lo poco poblado del territorio, pero paradójicamente fue mucha la ayuda que le prestaron los pocos habitantes de la región. Estos dos elementos fueron forjando la idea de realizar actividades que no cualquier individuo podía intentar: actividades motrices, pero que implicaran estrategias de sobrevivencia. Otro punto importante fue el factor clima del desierto mexicano, el cual potencializó correr en cierto horario, calendarizando y programando tanto el día como la noche. Bud Ekins logró cumplir este recorrido en 39 h con 54 min en junio de 1962.^[7]

Fotografía 2.
Muestra de cómo lucían los pilotos y vehículo off-road. Bullfighter-Buggy para dunas manejado por Andy DeVercelly Jr. y Tom McClelland, en la carrera Norra mexicana 1000, en 1968
Fuente: Norra, 2009-2021 (https://www. norra.com)

Debido al riesgo que tomó Ekins y al potencial de esta actividad que Ed Pearlman vio reflejado, en 1967 Norra aterrizó la idea de gestionar una actividad todo terreno y organizó la primera carrera de off-road, la cual se llevó a cabo en territorio mexicano. Su arranque se inauguró en la ciudad de Tijuana, Baja California y se trazó el recorrido desde Ensenada hasta La Paz. Este evento fue nombrado Mexican 1000 Rally^[8] debido a que esta carrera de competencia se realizó en México, e implicaba 1000 millas de distancia para su conclusión.

En 1973, debido a diversas complicaciones con el gobierno estatal de Baja California, Norra se retiró de las carreras en México, y su comité de deportes (Baja Sports Committe) decidió continuar con la planeación y realización de este evento, dándole exclusividad a SCORE,^[9] que fungía como comité de sanciones de Norra. En ese mismo año, para precisar, en el mes de noviembre, se creó la carrera Baja 1000 (Baja Thousand). Después, en julio de 1974, Score cambió su nombre a Score International y desde entonces han sido los organizadores principales de las diversas carreras que se realizan durante el año en Baja California, México. Las competencias que realiza Score tienen especificaciones de distancia, así como distintas categorías, tales como motocicletas, buggies^[10] y camionetas. Sus títulos son Baja 1000, Baja 500, Baja 400 y San Felipe 250.^[11] Los competidores de estas carreras, bajo la representación de algunas marcas y empresas interesadas en la actividad automotriz, viajaron a diversas partes del mundo por la extensión y complejidad del árido desierto, además de ser todo un espectáculo de iniciación. Posteriormente, estos eventos se han dado a conocer en el ámbito automotriz, donde marcas importantes en el mundo se han unido en el patrocinio de equipos y siendo colaboradores de carreras y avances en los vehículos todo terreno.

A medida que se ha ido desarrollando y efectuando esta actividad ha sufrido diversos cambios, como, específicamente, denominar cada una de las categorías de los vehículos que compiten; esto influye tanto en los competidores que van a realizar la carrera, como en sus equipos. Las categorías oficiales (nombradas clases), de acuerdo con la página oficial de SCORE son las siguientes: trocas (camionetas), carros, UTV’s,^[12] motos, y cuatrimotos, cada una con sus debidas subdivisiones.^[13] De acuerdo con los textos descriptivos, se ha establecido la participación de motocicletas en su presentación de dos ruedas, llamadas motocross, así como de cuatro ruedas, llamadas cuatrimotos. Por su parte, en la categoría trocas^[14] o pick ups, se parte de una camioneta a la cual modifican la suspensión y todo lo necesario para evitar su destrucción durante la carrera.

En cuanto a los buggies, estos parten del chasis, motor, suspensión y transmisión de un sedán^[15] marca Volkswagen, conocido en México como “bocho” o “bochito”. Hay divisiones y categorías que se diferencian por el tamaño del motor y la suspensión con la que están fabricados, y cabe mencionar que estas alteraciones son realizadas por talleres y tiendas especializadas, donde se encuentran personas con el conocimiento necesario para efectuarlas, y no salen así los vehículos directamente de fábrica. Es por lo anterior que en este tipo de carreras no se encuentra la categoría para los vehículos todoterreno llamados Jeep, que son de una marca automotriz que construye vehículos todoterreno desde su forma original. En ocasiones especiales se han inscrito vehículos con este tipo de carrocería, pero cumpliendo las indicaciones de modificación para poder competir en alguna de las clases constituidas en el off-road. Es preciso señalar que estos vehículos realizan otras actividades con sus respectivos equipos y competencias, algunas conocidas como “travesías por el desierto”.

Conforme se realizan las modificaciones en los vehículos, los talleres y tiendas especializadas crean un vínculo, debido a que más que una relación profesional es un intercambio comercial que fundamenta las actividades publicitarias representativas de un equipo, así como la obtención de recursos para la supervivencia del mismo. Además, para realizar la logística de los eventos se deben considerar los patrocinios como herramienta de inversión publicitaria. El patrocinio es una forma de relación pública donde la mercadotecnia y la publicidad se fusionan y buscan un resultado en común: el posicionamiento de la marca en la mente del consumidor. De acuerdo con Sahnoun y Doury, citados por Palencia (2007): “el patrocinio es un instrumento publicitario que hace posible ligar directamente una marca o una empresa a un acontecimiento atractivo para un público concreto” (p. 26). Lo anterior ha seguido desarrollándose de la misma manera, pero evolucionando para crear nuevos conceptos como el branding^[16], que no es más que la construcción de una marca a través de su imagen. El creador de este concepto, Wally Ollins mencionó que “la reputación de una organización podía ser construida no sólo por sus productos, su comportamiento o su entorno, sino también gracias a la comunicación y el marketing”.^[17]

Es por lo anterior que estos eventos requieren de inversión para poder llevarse a cabo. El intercambio monetario o en especie busca que se puedan concretar los requisitos para competir, y que las marcas y/o empresas patrocinadoras no solamente aparezcan en las aplicaciones de las herramientas publicitarias, sino que también se refleje su nombre o marca, posicionándose en la mente del consumidor directo del deporte y formando así un vínculo de lealtad. Además, se crea un identificador del que se apropia el piloto y representa a la empresa patrocinadora.

Una acción importante en estas carreras es la iniciación de las mismas, y va ligada tanto a la presentación de los equipos como a la de las marcas participantes; a esta actividad de presentación se le conoce como contingencia. Aquí, el registro de pilotos y equipos se hace público, se realiza la exposición de los vehículos con los cuales compiten, donde esplendor de las marcas salen a relucir haciendo hincapié en las empresas patrocinadoras; todo ello hace que esta presentación sea una festividad automotriz. Las premiaciones, basadas por posiciones (primer a tercer lugar), se otorgan de forma monetaria y/o en especie. Las inscripciones de los equipos participantes, la inversión de patrocinadores y las ventas al público, permite otorgar no solo una retribución financiera a los competidores, sino el honor de ser un ganador.

Fotografía 3.
Muestra de los diversos patrocinadores en el evento Baja 1000 del año 2019.
Fuente: Galería Vildosola Racing, Ensenada, B. C. (http://vildosolaracing.com/)

CARRERAS DE OFF-ROAD EN CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA

La historia de cómo el off-road llegó a Ciudad Juárez se remonta a mediados de los años ochenta, cuando el ciudadano local, José “Pepín” Mendoza, entusiasta de carros y motores, acudió a Baja California y fue testigo de las carreras de off-road. Tal fue su experiencia que, para mayo de 1990, organizó la primera carrera de off-road desértica, denominada “Off-road Juárez 250”, porque tenía una extensión de 250 kilómetros a la redonda, partiendo del Chamizal en Ciudad Juárez, donde se ubicó la salida. El recorrido continuaba por la sierra de Juárez hasta Samalayuca, cruzando por Valle de Juárez y regresando por el bordo del Río Bravo hasta regresar a la meta, ubicada en el Chamizal. Pasaban por puntos como Anapra, el Ojo de la Casa en Samalayuca, Rancho el Mirador, Tres Jacales y Zaragoza.^[18] En su momento, el periódico Norte de Ciudad Juárez reseñó así el evento: “Concluyó con éxito la Primera Gran Carrera a campo traviesa denominada ‘Off-road Juárez 250’ […] el desarrollo de la carrera a decir de ‘Pepín’ Mendoza, fue sin problemas” (Andrade, 1990).

Las competencias no se han llevado a cabo de manera cíclica y continua debido a los cambios drásticos que ha sufrido la economía, la política y los fenómenos sociales en la urbe, los cuales afectan todo tipo de actividades recreativas en Ciudad Juárez. Además, este tipo de carreras requieren algo de inversión monetaria y humana, no solamente de los organizadores, sino también de los mismos pilotos y equipos participantes. En otro orden de ideas, vemos que la batuta de la organización de estos eventos ha cambiado a través de los años; por mencionar algunos de sus personajes tenemos a Antonio “Bocacho” Hernández, a Alfredo Fuentes y a Martín Valles. Dependiendo del interés que se tenga las actividades deportivas extremas, la eficacia en la participación de los pilotos locales y de los patrocinadores interesados en reflejar su marca, es que se pueden emprender carreras de competencia exitosa. Cabe mencionar que también existe el Club Automovilístico Juarense de Off-Road (Cajor), presidido por César Fuentes y sus colaboradores Víctor Arturo “El Güero” Luján y Jesús Rosales. Por otra parte, se observa que regularmente estas carreras se efectúan en las afueras de la ciudad, precisamente en la extensión territorial de Samalayuca, sección que forma parte del municipio de Juárez.

El nombre que se asigna a cada carrera es de acuerdo a la temporalidad en la que se planea efectuar, tratando así de reflejar las características en torno al clima y el ambiente de la naturaleza de Samalayuca, que se encuentra en la zona desértica de la región. Así pues, solo por mencionar algunas, encontramos la “Carrera Monstruosa” efectuada en octubre de 2016, nombre basado en la cercanía de los festejos de Halloween y Día de muertos; “Inferno Baja 240 km”, llevada a cabo en el verano del 2017 y que hizo referencia a la temperatura que se elevó a más de 40 grados en ese periodo; otras carreras fueron la “Kiebra Huesos”, por la dificultad que habría en las pistas a recorrer, y la “Mata Serpientes”, debido a la temporada de apareamiento de las víboras en Chihuahua; ambas competencias fueron realizadas durante el año 2018.

Otro punto a considerar es que las carreras se corren por equipos, sea en contexto individual o compartido, pudiendo pilotear hasta tres personas, y esto varía dependiendo del circuito, la distancia y el clima. Gerardo Mata, expiloto de cuatrimoto y piloto actual de buggy, mencionó una carrera en particular conocida como “La Tamalera”, la cual regularmente se realiza de forma anual específicamente en el mes de diciembre y es la que marca el cierre de temporada de las carreras de off-road en Ciudad Juárez y Samalayuca; en ella se participa por equipos conformados por dos o tres personas, quienes se turnan para correr una sola cuatrimoto por equipo. En esta competencia en particular se busca, más que una premiación monetaria o en especie, una convivencia entre participantes y espectadores, donde ambos son testigos de la inmensidad de la belleza desértica y pueden conocer las brechas del desierto respetando a la vez el medioambiente.

Conviene enfatizar que es de suma importancia para los equipos participantes, sus pilotos y todos los espectadores asistentes mantener el balance natural y ecológico del ecosistema. A pesar de utilizar vehículos de competencia que son antinaturales para el desierto, se procura la limpieza durante la estadía y el consumo, así como de las rutas trazadas como circuito. Algunas de las vías son terrenos de la carretera San Jerónimo, las cuales comprenden desierto, como secciones de dunas. Las brechas son caminos que se han ido trazando con el tiempo para llegar a la ubicación de algunos terrenos particulares. Algunas referencias tradicionales son “la recta de las vías” (una cordillera/montículo) por la cual, hasta los años noventa, pasó una vía de tren que conectaba con Casas Grandes. Luego que se removieron las vías quedó el montículo de tierra que hoy se utiliza como brecha vecinal. Este camino llega hasta la estación Sapelló, ruinas de una estación que abastecía de combustible a los trenes de vapor hace más de medio siglo.^[19]

Fotografía 4.
En las dunas de Samalayuca, Armando “Grillo” Castañeda (izq.), Joaquín “J” Chávez (centro), y Gerardo “Gera” Mata (der.)
Fuente: Galería personal de Gerardo Mata, 2011. Ciudad Juárez, Chih., y El Paso, Tx. Gerardo Mata Blog (fotografía) (geramataru@gmail.com)

EL AMOR POR EL DESIERTODE CHIHUAHUA EN SAMALAYUCA Y LAS CARRERAS DEOFF-ROAD

En el análisis de parejas, donde se concreta una unión en la cual se fusiona la personalidad de cada protagonista, las carreras de off-road en el desierto son el matrimonio perfecto. La personalidad que ofrece el desierto del norte de Chihuahua incluye diferentes características que son atractivas para los creadores de carreras off-road, así como para los pilotos de los vehículos que corren. Una de las características y factor más importante es que el desierto es un territorio independiente y terroso, con gran dimensión y misticismo; es un lugar donde se pueden encontrar desde las hermosas Dunas de Samalayuca, hasta el caliche^[20] del Valle de Juárez, lo que crea la sensación de libertad y de que solo existen las leyes naturales perfectamente balanceadas. Así, se formaliza un respeto por la vida natural y se establece un entendido entre las especies locales y los vehículos modificados. El desierto educa a los participantes a correr con responsabilidad, aceptando la independencia de correr a velocidad, pero conociendo los límites que ofrece este territorio solitario. Otro punto que debe mencionarse es que se trata de una región poco explorada y desconocida, en la que al mismo tiempo se mezcla el amor por la velocidad y la sensación de “no saber” qué se encontrará en el camino, lo que produce los golpes de adrenalina que caracterizan a los deportes extremos.

Existen restricciones para ubicar los circuitos y así respetar el balance y la reserva natural protegida Médanos de Samalayuca. Esta región, donde regularmente las carreras trazan su circuito para competir, se encuentra a espaldas del pueblo de Samalayuca. Es un área de aproximadamente 200 km. que se utiliza principalmente por el relieve del terreno y por sus paisajes panorámicos desérticos; además, porque los propietarios de estos terrenos no tienen cercadas las áreas y permiten mayor libertad para circular. La única condición que se pone es que se mantenga limpio el lugar, que se recojan los residuos y que, en caso de algún accidente, se responsabilice del hecho el equipo respectivo, así como los organizadores. Mucha de la contaminación que hay no es provocada por este tipo de deporte, sino por actividades ilícitas y clandestinas comunes en Ciudad Juárez, así como por los residuos del consumismo de la población.

Fotografía 5.
Sector de práctica de off-road, Samalayuca y Área Natural Protegida Médanos de Samalayuca
Fuente: Google, s. f.

El desierto, dentro de su reservada y misteriosa constitución, hace recordar lo pequeño que es el humano. Cada piloto y copiloto se preparan y capacitan física, mental y económicamente para la adversidad que pudiera a presentarse en una carrera en el mes de julio a más de cuarenta grados centígrados. Esto indica que cada corredor no solo subsiste con la habilidad de conocer, de saber y por el gusto de correr un vehículo todoterreno, sino que también debe prepararse física y psicológicamente. Lo anterior implica alimentarse correctamente y realizar ejercicio para crear una condición física aceptable, con el fin de generar fuerza para lo que se presente en este versátil territorio. Por otro lado, la preparación psicológica tiene como propósito inculcar metas claras, conocer rutas, reconocer terreno, fortalecer la mente para no desvanecer ante los cambios del gigante dorado.

Finalmente, está la preparación económica, que incluye la búsqueda previa de patrocinios e inversión de capital financiero, mismo que se utiliza en partes automotrices para modificar un vehículo y que sea capaz de correr y no destruirse, comportarse a la altura del abominable Desierto Chihuahuense. Pero también incluye el capital humano, es decir, los equipos que son el apoyo y la compañía, pues se requiere de ayuda técnica y mecánica, lo que se conoce como human support (soporte humano). De ambos potenciales, tanto del desierto como de las carreras off-road, nace un amor indiscutible que invita a los equipos de distintas partes del mundo a planear, diseñar y fabricar un vehículo que pueda cumplir con ambas expectativas: la aventura automotriz.

Fotografía 6.
Carrera en febrero de 2020, piloto Alejandro González
Fuente: Galería personal de Alejandro González. Ciudad Juárez, Chih. Carreras OffRoad 104 (2017-2020).

Fotografía 7.
Presentación del equipo Torque, categoría Squad Pro. De izquierda a derecha: Gerardo Mata, Edwin López, Alejandro González, Alan Aruñada e Iñaki Elguea, en San Felipe, Baja California
Fuente: Galería personal de Gerardo Mata, 2017. Ciudad Juárez, Chih., y El Paso, Tx. Gerardo Mata Blog (fotografía) (geramataru@gmail.com)

Los escenarios y recuerdos que se crean en la memoria, tanto de corredores y equipos como de espectadores, generan crónicas que solo el desierto de Chihuahua puede ofrecer. Una puesta de sol en verano implica la fusión de colores y crea una composición perfecta. Deleita la vista el amarillo brillante del sol, que se va difuminando hasta un naranja cremoso que poco a poco llega al color rosado y termina en un lila sedoso, para luego convertirse en un púrpura profundo que se llena segundo a segundo de un cielo estrellado e iluminado, pegado en un terciopelo azul índigo. Además, los aguaceros lucen como cortinas gigantes esmeradas con gotas minúsculas, que parecen cortar la piel, o con gotas enormes que humedecen el rostro en una sola exhibición al caer; y las tolvaneras de arena son impenetrables y pueden hacer perder el norte. En resumen, escenarios maravillosos y mágicos que únicamente perdiéndose en la inmensidad de Samalayuca se pueden contemplar.

Fotografía 8.
Puesta de sol en la Bajada del Grillo, Samalayuca.
Fuente: Galería personal de Carlos Lozano, 2018. Ciudad Juárez, Chih. (mosaber@hotmail.com)

La flora y la fauna en convivencia llegan a ser todo un espectáculo; puede encontrarse un mezquite floreciendo en medio de la nada, bajo un sol agobiante y sin rastro de agua, pero cobijando con su sombra a una víbora de cascabel que decide descansar. También es posible ver cómo una viznaga^[21] repleta de espinas protege a su hermosa flor, y ver que, deliberadamente, después de una tormenta un coyote y una liebre están bebido de un mismo charco^[22] de agua. La majestuosidad del balance natural desértico y la imponencia del territorio se encuentran en esta región. Mata (2020) considera que “el conectarse con nuestro entorno y la naturaleza es el reto de conquistar un terreno inhóspito … se aprende a apreciar desde las texturas, olores, vistas, lo desolado del lugar”.

Fotografía 9.
Flor en las dunas de Samalayuca, carretera Juárez-Chihuahua
Fuente: Galería personal de Melissa Galindo, 2020. Ciudad Juárez, Chih. (galindomelissa@hotmail.com)

LA HERENCIA FAMILIAR EN LAS CARRERAS DEOFF-ROADY EL DESIERTO

La actividad del off-road como deporte extremo no se denomina dentro de las tendencias actuales. Dos de las acepciones que la Real Academia Española (https://dle.rae.es) ofrece para el término tendencia son: “propensión o inclinación en las personas y en las cosas hacia determinados fines” e “idea religiosa, económica, política, artística, etc., que se orienta en determinada dirección”. De acuerdo con la historia y desarrollo de estas carreras, se trata de hábitos que vienen de muchos años atrás. Dentro de las acciones familiares, hábitos de consumo y actividades de entretenimiento, cada círculo social comparte valores, normas y creencias cuyo comportamiento se relaciona entre sí (Fisher y Espejo, 2011, p. 75) y desarrollan dinámicas de entretenimiento como parte de su vida cotidiana. Entonces, llevándose a cabo la herencia familiar, adquieren estos hábitos y se repiten de manera natural; así pues, se continúa inculcando el amor, no únicamente por el deporte del off-road, sino el amor y respeto por la excelsitud desértica.

Existen familias que mantienen el legado “carreroso” al continuar con las actividades motoras, tanto al practicar el off-road en alguna de sus categorías, como al trasmitir la educación de los antecesores hacia sus sucesores. En la retórica narrativa de Armando Castañeda (padre)[²⁴] (2019), nacido en Ciudad Juárez y residente en el mismo lugar, él menciona: “Fui de los participantes en correr la primera carrera de off-road en Ciudad Juárez en 1990 y gané la categoría de 1600”; así lo muestra la publicación realizada por el periódico Norte de Ciudad Juárez, inmortalizando el momento de su preparación como piloto. Pero no solo fue importante la participación de Castañeda en una carrera, sino el hecho de heredar su gusto por los automotores y la velocidad en una carrera. Además, él también corrió cuarto de milla y circuito, con alcance estatal y en el sur de Texas, en EUA.

Fotografía 10.
Piloto Armando Castañeda (padre) preparándose para Juárez Off-road 250.
Fuente: Periódico Norte de Ciudad Juárez (6 de mayo de 1990), p. 3C.

Por su parte, I. Castañeda hijo, originario y residente de Ciudad Juárez, practicó el off-road desde los 18 años, no solo por la influencia de su padre, sino por la propia satisfacción de producir adrenalina con la velocidad. Se menciona que uno de los factores más importantes de las carreras es que reúne a la familia, enseña a continuar con ese gusto y mantiene la herencia construida a través del conocimiento automotriz, la resistencia, el deporte y la disciplina.

Por otro lado, está la familia del piloto Alejandro “Alex” González, de 38 años, quien inició su carrera a los 13 años, pero aún desde antes ya los primeros pilotos de off-road en su familia hacían historia. Su tío Alfredo “El Cala” González (†) fue piloto de cuatrimoto y ganador de esta categoría en la carrera “Off-road Juárez 250”, llegando además a carreras nacionales y en el sur de los EUA. También, el padre de Alex, Luis “El Perro” González y otro de sus tíos, Manuel “Toro” González, iniciaron en carreras de óvalo de lodo y continuaron con motocross en off-road. Menciona Alex González[²⁵](2020) que: “viene el gusto de familia, es amor al arte … la adrenalina, el riesgo”. La familia González es originaria de Ciudad Juárez, Chihuahua.

Fotografía 11.
“El Cala” González ganó la especialidad en trimotos durante la carrera Juárez 250
Fuente: Periódico Diario de Juárez (4 de mayo de 1990), p. 4C.

Coincidentemente, ambas familias practican el deporte incubado desde el núcleo familiar, son originarias de Ciudad Juárez y adoran tener ese estilo de vida; integrantes de ambas comentan que el desierto es de los retos más grandes que se tiene como piloto, debido a que se pone a prueba la resistencia, las capacidades y habilidades, incluyendo el conocimiento de la persona y de su vehículo. La dinastía pasa de generación a generación este gusto adquirido, no únicamente por el contexto cultural en el que se desarrolla el hábito familiar, sino el contexto geográfico en el cual se ubica el nacimiento de sus integrantes.

Fotografía 12.
Primera carrera de “Alex” González, El Chamizal, 1993. Izquierda, Elena Gutiérrez (†); derecha, Luis “El Perro” González
Fuente: Galería personal de Alejandro González (2017-2020). Ciudad Juárez, Chih. https:www.facebook.com/alx.glex

CONCLUSIÓN

El contexto geográfico donde se ubica Ciudad Juárez se puede definir como una tierra árida, pero nunca seca; metafóricamente, es una tierra basta y fructífera, donde los corazones son hospitalarios y afectivos. Un deporte que implica el individualismo del piloto puede llegar a forjar amistades en medio del desierto, por el simple hecho de compartirse gustos y satisfacciones, por ayudarse en equipo a terminar una carrera. El off-road es una actividad que puede realizarse en todo su esplendor en el desierto, pero un desierto como el de Chihuahua educa a ser noble y humilde, no por el clima, el paisaje, su flora y su fauna, sino por su inmensidad. Es un ecosistema que tiene mucho que ofrecer a ser humano, debido a que tiene una infinidad de elementos naturales apreciables, como laderas, lagunas, flora, fauna y paisajes que son difíciles de describir con palabras. Es increíble que algo completamente elaborado y mecanizado como un vehículo todoterreno, con tecnología automotriz vanguardista, encuentre su mejor parte en un terreno completamente natural y extenso. La experiencia de contemplar el desierto, especialmente en Samalayuca, deja en los sentidos la satisfacción de poder explorarlos, de tener experiencias inolvidables, experiencias inigualables. Lo interesante del balance de una actividad fabricada por el ser humano y que desborda soberbia en la infraestructura de sus elementos y herramientas, puede relacionarse de forma armónica con la arrogancia y belleza del desierto que, en la infinita bondad de la naturaleza, se fusionan para desarrollar una de las amistades más fuertes que se puedan contemplar.

REFERENCIAS

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Notas